Sonntag, 27. November 2011

Cerámica, tradición e identidad

Resumen de una conferencia en una reunión del Instituto Arqueológico Alemán (cerámica como un marcador de identidad) en 11/23/2011 en Berlín




Céramica Criollo de Panama la Vieja
(Foto R. Schreg; Patronato Panama Viejo)
Cerámica, tradición e identidad - un caso de estudio de la arqueología histórica colonial de Panamá.
Panamá la Vieja es la primera ciudad española en la costa del Pacífico, fundada en 1519. Fue trasladada después de la incursión de Henry Morgan en 1671 al Casco Viejo, que constituye hoy el antiguo centro de la moderna Ciudad de Panamá. Ambos sitios están inscritos conjuntamente en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y en ellos se han realizado algunas excavaciones arqueológicas que han dado a conocer la cultura material de la época colonial. Aún cuando se han realizado investigaciones sobre la cerámica colonial desde los años '60s, el mayor interés ha radicado en la mayólica de tradición española y otras mercancías de origen europeo. Sólo en los últimos años la cerámica rústica (ordinaria) hecha a mano ha cobrado más interés. Supuestamente esta cerámica ha tenido influencias africanas, europeas e indígenas, por lo cual ha sido etiquetada como Colono-Indio o "Hispano-Indígena". Recientemente, un análisis más sistemático elaborado por el autor ha demostrado que de hecho hay varias tradiciones presentes en esta cerámica de barro panameña hecha a mano, la cual fue usada también en los hogares de la clase alta de origen español. Sin embargo, esta cerámica tenía un valor utilitario, usada primordialmente en el contexto de cocción y almacenamiento; y por lo tanto, no fue una cerámica de representación.



Funciones de representación son atribuidas principalmente a la mayólica – importada o producida localmente -, la porcelana china y la cerámica vidriada de tradición española. Hasta cierto punto, sin embargo, hubo también jarros y platos de un engobe rojo fino que mostraban tradiciones indígenas de América Central. Es probable que esta cerámica indígena se integró a la cultura material colonial, ya que su engobe rojo fino, y su decoración por modelado repujado recuerdan la antigüedad clásica. En Portugal, durante el periodo medieval tardío y renacentista temprano, se llegó a producir una cerámica parecida a la Terra Sigillata, que combinaba el color rojo de la cerámica con una variedad de formas que recuerdan tanto la alfarería griega y romana como el trabajo de vidrio de tiempos romanos tardíos, con su característico pulimento biselado en vidrio. Esta similitud ocasional pudo haber significado la aceptación de las tradiciones indígenas, incluso en las clases altas de la sociedad colonial.

A la luz de este estudio de caso, la cerámica tiene un valor limitado como indicador de identidades, al menos si tratamos de identificar grupos sociales con un material cultural específico. Sin embargo, dentro de un marco histórico, un análisis de las tradiciones de producción cerámica y su contexto social y funcional, permite un nuevo acercamiento al proceso de transformación de identidades.

(trad. Gisela Lanzas Quintana)

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